No existen días malos, ni mejores, ni buenos, existen días matizados por lo que queremos y lo que ocurre. Días llenos de momentos inesperados, que tuercen la trama de nuestros planes y que sin embargo definen nuestra vida diaria en hechos que no necesariamente tenían que pasar por algo. Son días aletargados, días fugaces que se mezclan con el viento y nos silban al oído peripecias cotidianas, que se multiplican, nos restan, nos suman, también nos dividen y luego se desaparecen. Son días particulares que nos vuelven partículas para formarnos la mente y el espíritu, son días de mucha gente, de ausencias, con alegrías, de soledades elegidas, de despedidas y encuentros. Son días efímeros y esenciales, con complejidades que superan la simpleza de una mirada y retumban por encima del latido del corazón. Son días como cualquiera, que llegan y se van, nos van buscando y nos van llevando. Son días determinantes que no determinan cosas puntuales, porque son variables y hasta matemáticos, puesto que a muchos nos gusta contarlos aunque no cuenten. Son días para vivir aunque no te quede aliento y correr aunque nos falte a veces un poco de vida. Así suelen ser los días, teóricamente hablando.
viernes, 15 de febrero de 2019
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los locos
Y llegará ese día en que todos nos demos cuenta de que la única razón es entender que la vida es ese manicomio donde todos nos vinimos a enc...
-
No dejes que la bruma se apacigüe Ni que el ruido del viento se nos duerma No permitas que vuelvan los hastíos De las noches aciagas sin t...
-
Ojalá pudiera lanzar al viento estas ganas dejar que con ellas vayas a volar que sea la espiración de ti en mi corazón pero no p...
-
Es tiempo de encontrarse de hacer lo necesario, lo simple, lo importante lo justo, lo aburrido y excelso de volver un instante tras l...
No hay comentarios:
Publicar un comentario